HUMANISTA
HISTORIA
Si eres una persona observadora, es posible que te
hayas dado cuenta de que las personas tenemos una cierta tendencia a
complicarnos la vida preguntándonos el porqué de las cosas.
No me refiero
a esos "por qué" asépticos que se preguntan los médicos, los
ingenieros y los programadores, sino a esa otra versión de la pregunta
que apunta hacia la total inutilidad de sus posibles respuestas: "¿Qué
me sugiere esta fotografía?", "¿por qué soy la persona en la que me
he convertido?", "¿qué hago paseando por la calle?".
No son preguntas cuyas respuestas vayan a sacarnos de un
apuro y, sin embargo, empleamos tiempo y esfuerzo a intentar responderlas: un
mal negocio desde la perspectiva económica.
¿Debemos entender, por lo tanto, que esta tendencia hacia lo
inútil es una imperfección de nuestra manera de pensar? Probablemente no
lo sea.
A fin de cuentas, este apego por lo trascendente nos lleva
acompañando desde tiempos inmemoriales y no nos parece haber ido mal
desde entonces.
En todo caso, quizás deberíamos entender que la búsqueda
existencial es una de esas características que nos definen como seres humanos.
Quizás deberíamos, si queremos entender mejor la lógica por la que se guía
nuestro pensamiento, fijarnos en las propuestas de lo que hoy conocemos como
Psicología Humanista, una corriente psicológica que no renuncia a entender
todos los aspectos de lo que nos hace humanos.
PSICOLOGIA HUMANISTA
Las primeras pistas a la hora de situar la Psicología
Humanista en el mapa de las corrientes psicológicas las encontramos en uno de
sus principales abanderados: Abraham Maslow (el creador de la Pirámide
de Maslow de las necesidades humanas). En su libro La Personalidad
Creadora, Maslow habla de tres ciencias o grandes categorías aisladas desde las
que se estudia la psique humana. Una de ellas es la corriente conductista
y objetivista, que parte del paradigma positivista de la ciencia.
En segundo lugar, se encuentra lo que él llama
"las psicologías freudianas", que ponen énfasis en el papel del
subconsciente para explicar el comportamiento humano y, especialmente,
la psicopatología.
Finalmente, Maslow habla de la corriente a la que él se
adscribe: la Psicología Humanista. Esta tercera corriente, sin embargo,
tiene una peculiaridad.
La Psicología Humanista no niega los dos enfoques
anteriores, sino que los abarca partiendo de otra filosofía de la ciencia. Más
allá de ser una serie de métodos a través de los cuales estudiar e intervenir
sobre el ser humano, tiene su razón de ser en una manera de entender las cosas, una filosofía
singular. Concretamente, esta escuela se fundamenta en dos movimientos filosóficos:
la fenomenología y el existencialismo.
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